jueves, 19 de mayo de 2011

De las proteínas y de su silencio

Tengo mil cosas que contar acerca de las proteínas.. y eso que no sé casi nada. Pero lo poco que sé ya da para contar mil historias o más, porque a través de Casandra he interiorizado la esencia de su naturaleza, ciega y muda. Precisión y motivación literalmente indescriptibles. Silencio y mucho trabajo. Poca luz. Y vida corta.

Hablando, por ejemplo, de su silencio (operarias anónimas siempre tan ocupadas):

seguro que a su escala, y aunque nada pudiera nunca detectarlo,
seguro que todas esas operaciones, todas esas proteínas, en parte o en exclusiva cadenas de aminoácidos, ensamblando a su vez más aminoácidos, construyendo algunas de ellas a sus propios semejantes,

seguro que todas esas maniobras algún ruido han de producir. Algún sonido que emane de la fricción de unos átomos con otros. Alguna señal sonora que represente el hecho de que flotando en la nada de un citoplasma un vacío
se haya rozado con otro.