lunes, 7 de febrero de 2011

Motas de nieve

(♪ hello Finland, ef ♪ )

El cielo está principalmente azul.
Alguna nube y al fondo el humo de unas chimeneas enormes que no entiendo.

El tren, mientras avanza, astilla la ya de por sí astillada nieve recién caída.
Y ésta, al saltar, se hace aún más pequeña. Cae remoloneando, como polvo.
La miro a contraluz.

Y como el sol brilla,
y como la realidad no perdona ni un solo factor,

cada una de esas motas de nieve produce un destello único,
porque ninguna de ellas es igual ni en forma,
ni en tamaño,
ni en grosor,
ni en posición,
ni en dirección ni en sentido de desplazamiento,
ni en velocidad.

Y todas juntas, tan pequeñas pero tan numerosas,
rodean el tren mientras avanzamos.

Asombroso una vez más.

Parece que nací ayer.